Rock and Roll is a Risk

Rock and Roll is a risk
You Risk Being Ridiculed\

  • Brendan, en Sing Street

Hay una escena en Sing Street en que el hermano mayor le dice al protagonista que el rock se trata de arriesgarse, arriesgarse incluso a ser ridiculizado. Hay miles de bandas de cover, le dice, todo el mundo hace bandas de cover y en estas siempre hay un hombre de edad mediana arrepentido de no haber tenido las bolas de componer su propia canción.

El mundo está lleno de blogs que son como las bandas de cover, orientadas al clickbait, recogiendo lastimeramente los centavos que les dejan los anuncios. Algunos que sólo se dedican a copiar y traducir de mala manera los contenidos generados en otras latitudes. Pero aún así hay algunos exitosos y la gente que vive de eso, sin duda.

Pero ¿dónde está el aporte original? ¿Dónde está el riesgo ? ¿Por qué hay tan poco contenido sobre tecnología en español que sea original, o al menos intente ser distinto?

Eso es lo que he tratado de hacer todos estos años, escribir sobre la tecnología y la ciencia desde mi perspectiva. Escribir mi propia canción de rock, arriesgarme a ser ridiculizado.

Pero escribir tiene un costo de oportunidad, y un blog tiene otras necesidades extra. Por ejemplo, hace años decidí abandonar Wordpress, y no encontré ninguna plataforma que me diera lo que yo necesitaba, así que desarrollé mi propio servidor de blogs, pero eso requirió esfuerzo extra que nunca consideré cuando me embarqué en esto.

You can never do anything by half. Do you understand that?
– Raphina en Sing Street

Les contaré una anécdota de juventud. Cuando tenía unos dieciséis años con unos amigos de colegio formamos nuestra propia banda de covers (ya sé, ya sé, pero sigan conmigo). 

Conseguimos una presentación en un evento que se realizaba en Chuquicamata, habían artistas conocidos invitados de “la capital”, pero podíamos abrir el espectáculo con tres canciones. Era una oportunidad para tomar y practicamos como micos por semanas. Sucedió que en ese tiempo mi viejo se enfermó y mientras él viajaba a Santiago para empezar el tratamiento de su cáncer, yo me esforzaba en lograr algo que estaba fuera de mis escasas posibilidades como baterista.

Habíamos decidido empezar nuestra presentación con una versión instrumental de Maniac, un conocido tema de la banda sonora de Flashdance, una pieza que al inicio tiene una secuencia de percusión electrónica que debía emular con un hit hat y un cencerro envuelto en tela. Cuando cuentas sólo con una vieja batería de jazz de la banda del colegio tienes que ser creativo.

Llegó el día, y mientras mi viejo reposaba en la Clínica Indisa, esperando recuperarse, yo tocaba con todas mis ganas frente a dos mil personas. 

¡Cómo le pegué a eso s platos ese día! 

Recuerdo que estaba tan nervioso que sentía agarrotados los brazos y las piernas. Avanzaban los compases, pum pum, “she´ s a maniac, maaaniaaac..."

Terminó nuestra pequeña presentación y sentí el aplauso de la audiencia. No sé cuantos de ustedes han sentido el aplauso de miles de desconocidos por algo que ejecutaste o realizaste con nada más que tus manos, tu esfuerzo y las ganas de agradar. Pero lo mejor vino uno s minutos después, cuando salimos.

Había un grupo de jóvenes en la calle, conocíamos a algunos y nos acercamos, estaban afuera del pequeño estadio techado, escuchando por los parlantes que se habían colocado para quienes no podían entrar. Fue en ese momento que uno de mis amigos les preguntó si esta ban desde el principio, y qué opinaban de la banda que abrió el espectáculo, haciéndonos un guiño y sonreímos. Entonces uno de ellos dijo: “¡Sí, yo los escuché, eran muy buenos y el baterista tocaba de manera espectacular!”.

Leo ese último párrafo y no puedo dejar de pensar en mi vanidad, creo que e n ese momento fue que se instaló en mi personalidad, jajajaja. Pero pónganse en mi lugar, ¿no sentirían un tremendo orgullo después de escuchar una frase como aquella? Esa noche los miles de aplausos recibidos pesaban tanto como la opinión de ese chico en mi corazón. 

No pude dejar de pensar en mi viejo, y más tarde en mi cama lloré antes de quedarme dormido. Lloré de alegría y de dolor, mi viejo se moría y al mismo tiempo recibía el reconocimiento de unos pocos jóvenes de mi ciudad. La vida es así, hay muchos eventos de alegría triste y de tristeza alegre en mi vida, junto con todos los otros momentos que vale la pena recordar.

¿Y por qué les cuento esto? 

Porque sólo quería compartir con ustedes mi intención de seguir arriesgándome a ser ridiculizado. 

Este sitio va a tener un nuevo aire en su décimo segundo año. Volveré a escribir con más regularidad y para que ve an que esto va en serio, he inscrito este blog en Patreon, y porque necesito de sus aplausos también.

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El micromecenazgo, o crowfounding, es uno de los mecanismos de financiación colectiva de proyectos. Mantener este blog tiene costos alternativos, y costos operativos y en otros años he buscado formas de financiarlos,  incluso hubo un tiempo en que es te blog mantenía anuncios.

El problema con los anuncios es que ensucian el sitio. Recuerdo haber escrito un post con una crítica a los evangelizadores que desprecian a la ciencia y mi sitio se llenó de anuncios de corte religioso.

Pero también veo el micromecenazgo como una manera de crear lazos con ustedes mis lectores, un modo de saber quienes son y sentirlos más cerca. Es cómo si me invitaran a tomar una cerveza o un almuerzo, tal como varios lo han hecho a lo largo de estos años. Tengo lectores de México, Argentina y España que nunca he conocido en persona, con quienes he tenido intercambio via email o por redes sociales, que ya están dispuestos a aportar.

Estoy seguro que varios de ustedes quieren ayudar a mantener a “La Naturaleza del Software”. Algunos me han escrito contándome como uno de mis posts les permitió abrir una discusión con sus colegas para mejorar, o simplemente se sintieron identificados con alguna anécdota personal. Ahora los invito a aportar con una pequeña colaboración monetaria.

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Esta es mi invitación, cada vez que veo una notificación de Patreon en mi corazón crece el orgullo del reconocimiento, que me motiva a seguir mejorando en esto, como aquella noche de 1984.

Puedes aportar en tres nivel es, desde un dólar hasta veinticinco dólares, obteniendo distintos tipos de recompensas por tu apoyo.

Pero aunque no hayan aportes, el compromiso d e aumentar la frecuencia de posteos se mantiene, al menos tendrán un artículo a la semana a partir de hoy. 

Bienvenidos a la nueva era de La Naturaleza del Software, esto será muy entretenido, lo prometo.

Autor

Ingeniero, autor, emprendedor y apasionado programador. Mantengo este blog desde 2005.

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