Locos y Ruedas
el principio de la sub optimización de las partes
Era un día de lluvia torrencial, y Marcos pincha un neumático justo enfrente de un manicomio. Luego de estacionar se baja, se protege de la lluvia como mejor puede y procede a sacar los pernos que sujetan la llanta. Los deja cuidadosamente en el suelo formando un montón. Lleva la rueda a la maleta del auto para cambiarla por la rueda de repuesto, y cuando vuelve patea los pernos sin querer, con tan mala suerte que estos ruedan cayendo por las alcantarillas.
“¡Qué mala suerte tengo!”, exclama Marcos, “¿ahora que voy a a hacer?”
En ese momento, uno de los locos que miraba por la ventana esta escena lo llama: “¡Oiga, amigo!. ¡Super fácil! Sáquele un perno a cada una de las otras ruedas y le coloca tres pernos a la rueda, y se va así hasta la próxima estación de servicio donde compra pernos y arregla la rueda.”
Marcos queda asombrado, y tras escuchar la ingeniosa propuesta del loco no hace menos que agradecerle entusiasmado: “¡Qué gran idea loco! ¿cómo se te ocurrió?”
La respuesta del loco fue inmediata: “¡Porque yo estoy aquí encerrado por loco, no por tonto!”
Este cuento se lo escuché hace tiempo a mi jefe, y es notable porque explica un importante principio de administración. La pregunta queridos lectores es: ¿cuál es el principio de administración que se expone en este chiste?