La Nariz del Emperador
Por muchos años, una pregunta inquietaba a los súbditos del Imperio. Todos querían saber el largo de la nariz del Emperador. Por supuesto, ser sorprendido observando de cerca el rostro del Emperador, o peor aún, sosteniendo una regla cerca de él, sería una provocación y falta gravísima, cuyo castigo inmediato sería la muerte.
Pero muchos estaban curiosos, al punto que un grupo de sabios se reunió para encontrar el método de obtener la respuesta, y este es el modo en que lo lograron. Se imprimieron cuestionarios que se enviaron en paquetes a los jefes de las aldeas, quienes los distribuyeron entre lo campesinos. El nivel de alfabetismo tenía el nivel suficiente para que la mayor parte de ellos fueran capaces de contestar la única pregunta, la que era, por supuesto, “¿de qué largo, piensa usted, es la nariz del Emperador?”
Cuando los formularios fueron recolectados, los matemáticos sumaron todos los valores, y dividieron el resultado por el número de respuestas. De este modo se supo que el largo de la nariz del Emperador de China era 6,734602 centímetros.
El conjunto completo de datos fue preservado, por supuesto, y varios años más tarde, con el avance del entendimiento de las estadísticas, los matemáticos notaron algunos puntos marginales con valores completamente inadecuados, obviamente el producto de mentes trastornadas. Estos datos estaban distorsionando las opiniones del resto, y los eliminaron. Luego, usando las últimas técnicas de modelamiento numérico, los matemáticos corrigieron el valor del largo de la nariz del Emperador a 4,980403 centímetros. Hasta hoy, nadie ha producido una mejor estimación.