El Ritual

Soy afortunado, porque he tenido la oportunidad de convocar en este aniversario a grandes bloggers chilenos, pero es la primera vez que escribe en este blog una “celebridad”.

Bueno, para mi al menos Franco Catrin es una celebridad, de esas que sale en televisión, porque el realmente ha salido en la tele, en el recordado TvNauta. Franco es un referente para muchos desarrolladores nacionales, y es un honor que haya aceptado participar con este post, bastante actual por lo demás:

El Ritual

Eran las dos o tres de la mañana, ya no lo recuerdo muy bien, estaba preparando una entrega de una aplicación y al mismo tiempo pensaba en los próximos días: Se venía el ritual del upgrade. Ese ritual que siempre evito hasta que ya no queda otra alternativa o hasta que ocurre algún desastre. Como usuario de Ubuntu Linux migraba a la nueva versión cuando ésta ya casi llevaba un año publicada, pero esta vez mi espera ya iba para el año y medio. ¿Por qué tanta espera? Porque cuando se trata de un equipo para trabajar, no puedo arriesgarme a que algún problema exótico me deje sin mi principal herramienta de trabajo, por eso siempre esperaba a que todos los problemas fueran conocidos o tuvieran alguna solución, o bien esperaba una ventana de tiempo para hacer las pruebas de rigor para comprobar que todo mi entorno de desarrollo funcionara correctamente. Aun así, no recuerdo haber tenido problemas serios de upgrade alguna vez, pero nunca se sabe.

Esta vez había una dificultad adicional, porque también necesitaba un upgrade de hardware. Aquel Pentium Dual Core de 1.6Ghz que sobraba para la web y escuchar música, ahora se quedaba corto para desarrollar software (Java/GWT/VM’s, etc). Al ritual del upgrade ahora se agregaba el ritual de las cotizaciones: Buscar reviews, consultar con amigos, ver lo disponible en el mercado local, comparar precios y en el fondo asegurarme de que todo quedara mejor que antes. Como usuario de Linux esa búsqueda además implicaba comprobar que el hardware estuviese bien soportado, que las salidas de video funcionaran correctamente, que no tuviera problemas con el uso de energía, etc etc. Esa búsqueda no es tan complicada cuando se trata de un portátil, basta con buscar algún usuario de Linux que tenga el mismo equipo y listo, pero cuando se trata de un equipo desktop como el que yo buscaba, ya no era tan simple.

No quería volver a pasar por todo eso.

Fue así como – mientras seguía dando los últimos toques a la aplicación, y con algo de alcohol en el cuerpo – alguien me dijo que Joel Iturra andaba en yankeelandia y que traía algunos tablets a unos amigos. Lo contacté y esperando una respuesta negativa le pregunté si me podía traer un Mac Mini. Cuando me dijo que no tenía ningún problema vino el conflicto.

Un Mac Mini tenía la potencia suficiente para mis tareas, solucionaba en gran parte los problemas del ritual del upgrade no sólo esta vez, sino que también en el futuro, y por si esto fuera poco, en yankeelandia costaba casi lo mismo que el upgrade que yo necesitaba. Ya antes había probado OSX en mi desktop y funcionaba suficientemente bien, las herramientas de desarrollo típicas estaban disponibles. Como era un equipo adicional podía probarlo y al mismo tiempo seguir usando mi desktop de desarrollo, y en el peor de los casos lo podía vender si me arrepentía. La decisión de compra era bastante fácil, a menos que… te llames Franco Catrin.

Algunos de mis amigos creerán que es una exageración, pero me complicaba dejar de usar Linux como escritorio principal por varios motivos : Varios proyectos en los que estaba trabajando estaban directamente relacionados con Linux, y para ellos una máquina virtual no sirve, por otra parte alejarme del uso diario también significaba quedarme atrás respecto a nuevos desarrollos en torno a Linux, una de las cosas que me distinguía entre los usuarios normales. Y peor aún, el hecho de migrar de Linux a Mac OSX para mi sonaba como saltar a los botes huyendo de una plataforma que pareciera no haber despegado, aunque en realidad yo sabía que no era así.

Lo que me tranquilizaba era saber que muchos desarrolladores del ambiente Linux / Código Abierto estaban usando equipos de Apple, con y sin Linux. Si ellos, que estaban mucho más involucrados que yo podían hacerlo ¿ Por qué yo no? Es más, justamente ayer Miguel de Icaza publicó un artículo sobre cómo ya no se sentía culpable por usar Mac OS X en vez de Linux, y él es el fundador de GNOME y Mono.

Fast Forward a la historia y aquí estoy, escribiendo desde Mac OS X Lion, mi escritorio principal desde hace casi un año. La adaptación desde Linux no fue sufrida, pero tampoco fue sencilla, esa historia da para un extenso articulo, algo que tengo reservado para mi blog que aún se aloja en el dominio arealinux.cl. Sólo puedo adelantar que la muy cacareada facilidad de uso no lo es tanto, y que incluso algunas cosas son mucho más fáciles en Linux que en este sistema, algo que para mí habla muy bien de los que aún trabajan mejorando Linux como sistema de escritorio.

He pensado en volver a Linux con este mismo hardware, dado que el notebook de mi señora con hardware más modesto funciona mucho mejor con Linux que este Mac Mini con OS X Lion. Ya he dado tantos saltos que quizás ni siquiera importa, pocos saben que antes de usar Linux era un conocido usuario/desarrollador defensor de Windows en los newsgroups. Quizás algún día querré volver al ritual del upgrade, por ahí entre las 2 y 3 de la mañana con un poco de alcohol.

Autor

Ingeniero, autor, emprendedor y apasionado programador. Mantengo este blog desde 2005.

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