Valores por defecto

El gráfico de más abajo muestra la tasa de consentimiento en la donación de órganos en 11 países europeos:

Lo que llama la atención es que prácticamente tenemos dos grupos muy marcados, dos extremos claros, los primeros 4 países con tasas muy bajas, y el otro extremo en que prácticamente toda la población ha dado su consentimiento para donar sus órganos al morir.

Pero, ¿qué explica la diferencia entre un extremo y otro?

Consideren los paises 4 y 5, acá están en más detalle:

Intentemos elaborar alguna teoría de sentido común que nos explique por qué un país tiene una tasa de consentimiento de 12% y otro un 99,98%.

Esa es la pregunta que Duncan Watts propuso a sus estudiantes de la Universidad de Columbia, formular una teoría que explique esta diferencia entre el país 4 y el país 5 de nuestro gráfico.

Algunas de las opiniones ofrecidas por los alumnos fueron:

  • Quizás un país es más secular, y el otro es altamente religioso.

  • A lo mejor un país tiene un mayor avance en prestaciones médicas y la tasa de éxito en el transplante de órganos es más alta en un país que el otro.

  • Quizás la tasa de accidentes es mayor en uno de los paises y hace que haya más órganos disponibles para trasplantes.

  • O a lo mejor un país tiene una cultura altamente socialista, enfatizando la importancia de la comunidad por sobre la de los individuos, mientras que en el otro se privilegian los derechos individuales

La verdad es que las explicaciones son bastante buenas, hasta que se nos revela el hecho de que el país 4 es Alemania y el país 5 es Austria.

¿Qué puede hacer que Alemania y Austria sean tan diferentes?

  • ¿Habrá una diferencia a nivel de los sistemas educativos y legales que no conocemos?

  • ¿Quizás hubo una campaña de medios, o un gran evento que impactó a la sociedad austriaca?

  • ¿Tendrá que ver con la Segunda Guerra Mundial?

Ninguno de los estudiantes de Watts podía aventurar una explicación contundente, pero lo que era claro es que fuera lo que fuera era algo realmente grande. Y seguramente muchos de ustedes no saben la real causa de por qué se da este fenómeno, y la explicación es absurdamente simple:

En Austria, la opción por omisión es ser donante de órganos, mientras que en Alemania la opción por omisión es **no **ser donante de órganos.

Esto explica esta enorme diferencia entre todos estos países. Los detalles están en el estudio: “Do defaults save lives?” de Eric Johnson y Daniel Goldstein (disponible en esta dirección: https://webs.wofford.edu/pechwj/Do%20Defaults%20Save%20Lives.pdf)

“En el caso de la donación de órganos, los países europeos tienen una de dos políticas por defecto. En los estados con consentimiento presumido, la gente es donante de órganos a menos que ellos se registren para no ser donante de órganos, y en los países con consentimiento explícito, nadie es donante de órganos sin que previamente se registre para serlo”. Y adivinen que pasa. Todos los países con un mecanismo opt-out de donación de órganos tienen tasas de donación más alta. (*)

Entender la influencia de las opciones por defecto es importante, porque entender como hacemos elecciones afecta virtualmente todas nuestras explicaciones sobre el comportamiento social, económico y político.

Uno de los problemas de muchos modelos económicos es que para entender el comportamiento del mercado, los economistas asumen que las personas toman decisiones racionales. En general las teorías de las decisiones racionales asumen que la gente prefiere lo que es mejor para ellos. Esta opinión es muy atractiva, porque sus implicaciones son que todo el comportamiento humano puede ser entendido en términos de intentos individuales para satisfacer sus preferencias: “Yo voto porque me preocupa participar en política, y cuando voto escojo al candidato que mejor servirá mis intereses.” Aunque sabemos que no es así, al menos no en Chile ;) Pero igual es posible encontrar una razón por la que aún hay gente que vota.

Hay muchos fenómenos que parecen irracionales, o que escapan la explicación de las elecciones racionales, en el sentido tradicional de lo que entendemos como racional. Por ejemplo, en una escuela israelí se decidió que los padres que llegaran tarde a buscar a sus hijos recibirían una multa. Sucedió que después de aplicada esta medida aumentó la cantidad de padres que llegaban atrasados a buscar a sus hijos. ¿Por qué? Porque la multa alivió el sentimiento de culpa de los padres, con respecto al personal de la escuela, pues en esencia consideraron que estaban pagando por el derecho a llegar más tarde. En cierto sentido hay una elección racional, pero no es racional en el sentido en que estaban pensando el personal de la escuela, o racional en el sentido que usaría un economista tradicional.

Cuando estudiamos por qué la gente toma las decisiones que toma debemos analizar los incentivos que enfrentan al tomar una decisión. De este modo podremos encontrar una explicación “racional” de porque se comportan de una manera. El problema es que lo que hemos hecho es precisamente “racionalizar” el comportamiento, pero racionalizar algo no es lo mismo que entenderlo, o explicarlo.

“Racionalizar el comportamiento humano es un ejercicio de simulación. En nuestra mente simulamos lo que sería ser la persona cuyo comportamiento queremos entender. Sólo cuando podemos imaginar a esta versión simulada de nosotros mismos respondiendo de la manera del individuo en cuestión realmente sentimos que hemos entendido el comportamiento estudiado.” [1]

Y sin embargo, como el ejemplo de los donante de órganos, nuestras simulaciones mentales tienden  a ignorar ciertos tipos de factores que resultan ser muy importantes. Los valores por defecto, son parte del ambiente en el cual el decisor opera, y afectan al comportamiento de una manera invisible a la mente consciente, y por lo tanto están ausentes de las explicaciones de sentido común del comportamiento. Y los valores por defecto son sólo la punta del iceberg, como veremos en los siguientes artículos de esta serie.

Actualización

Gracias a un aporte de Javier Rovegno les incluyo este video de una charla de Dan Ariely en que habla precisamente de nuestra capacidad de tomar decisiones:

Notas

(*) Estamos hablando de tasas de consentimiento en ser donantes, no tasas de donantes efectivos. Por ejemplo, en Chile opera la modalidad opt-out (desde el 2010), es decir, la gente es donante de órganos a menos que explícitamente se niegue a que sus órganos sean donados. Otra cosa es que la donación se haga efectiva, la principal causa de no donación de órganos en Chile es la negativa de los familiares (ver https://www.trasplante.cl/noticias/2011/img/memoria_corporacion.pdf)

[1] Tomado del libro Everything Is Obvious: *Once You Know the Answers de Duncan Watts.

Autor

Ingeniero, autor, emprendedor y apasionado programador. Mantengo este blog desde 2005.

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