Sopa de piedras
Eran tres soldados que volvían de una larga guerra. Tras varios días de camino la vista de una aldea alegró sus corazones, tenían la esperanza de al fin probar un plato caliente.
La gente del pueblo se encerró en sus casas, la guerra y los saqueos les
habian enseñado a esconder lo poco que tenían.
Los soldados sólo consiguieron una olla grande y agua.
Se instalaron en el centro del pueblo prendieron fuego y echaron tres piedras a la olla.
Este acto despertó la curiosidad de los aldeanos. "¿Qué hacen?" Les preguntó uno. "Sopa de piedras, pero la verdad es que mejora con algo de zanahoria". Una mujer corrió a su casa y trajo unas zanahorias, agradecidos los soldados las vertieron en la sopa. "Con cebollas y papas queda aún mejor", comentó alguien. Y así otros fueron trayendo más ingredientes y nuevos comentarios y sugerencias para mejorar el sabor de la sopa, lo que animaba a alguien a traer un ingrediente.
Cuando ya estuvo bastante contundente y sabrosa los soldados sacaron las piedras de la sopa, se sirvieron y repartieron el mejor plato que hayan probado los aldeanos después de muchos meses de privación.
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