La programación como un Arte (Parte III)
La programación de computadores como un arte
Por Donald Knuth, 1974
Ciencia y Arte
Nuestra discusión indica que la programación de computadores es para ahora ambas: una ciencia y un arte, y que los dos aspectos se complementan bien una con otra. Aparentemente muchos autores que examinan tal pregunta llegan a la misma conclusión, que su área de estudio es ambas una ciencia y un arte, cualquiera sea esta área. Encontré un libro sobre fotografía elemental, escrito en 1893, que decía “el desarrollo de la imagen fotográfica es ambas un arte y una ciencia.” De hecho, cuando tomé primero un diccionario para estudiar las palabras “arte” y “ciencia” le eché un vistazo al prefacio del editor, el que empezaba diciendo, “la construcción de un diccionario es una ciencia y un arte a la vez”. El editor del diccionario de Funk & Wagnall's dictionary observaba que la penosa acumulación y clasificación de los datos sobre las palabras tiene un carácter científico, mientras que un fraseo bien escogido para la definición demanda la habilidad de escribir con la economía y la precisión: “La ciencia sin este arte es probablemente inefectiva, el arte sin la ciencia es ciertamante inexacto.”
Cuando preparaba esta charla miré las tarjetas del catálogo en la biblioteca de Standford para ver como otras personas han usado las palabras “arte” y “ciencia” en los títulos de sus libros. Esto resultó bastante interesante.
Por ejemplo, encontré dos libros titulados “El arte de Tocar el Piano” y otros llamados La Ciencia de la Técnica del Pianoforte, La Ciencia de la Práctica del Pianoforte. Hay también un libro llamado El Arte de tocar Piano: Una Aproximación Científica.
Entonces encontré un simpático librillo titulado El Gentil Arte de las Matemáticas, el que me puso algo tristre ya que honestamente no puedo describir la programación de computadores como un “arte gentil”. He sabido por muchos años de un libro llamado El Arte de la Computación, publicado en San Francisco en 1879, por un hombre llamado C. Frusher Howard. Era un libro sobre aritmética práctica para los negocios que ha vendido sobre 400.00 copias en varias ediciones hacia 1890. Me asombré al leer el prefacio, pues muestra que la filosofía de Howard y la intención del título era bastante diferente de la mía, el escribe: “El conocimiento de la ciencia de los números es de la menor importancia, el arte de ajustar las cuentas es absolutamente indispensable.”
Varios libros mencionan a ambas la ciencia y el arte en sus títulos, notablemente La Ciencia del Ser y el Arte de Vivir por el Maharishi Mahesh Yogi. Hay también un libro llamado El Arte del Descubrimiento Científico, el que analiza como algunos de los grandes descubrimientos de la ciencia se han hecho.
Suficiente de la palabra “arte” en su sentido clásico. Realmente cuando escogí el título de mis libros, yo no estaba pensando principalmente en arte en este sentido, estaba pensando más en sus connotaciones actuales. Probablemente el libro más interesante que inició mi búsqueda fue un trabajo reciente de Robert E. Mueller llamado La Ciencia del Arte. De todos los libros que he mencionado, el de Mueller es el que más se acerca a expresar lo que quiero hacer el tema central de mi charla hoy, en términos artísticos reales tales como entendemos ahora el término. El observa: “Una vez se pensó que las perspectivas imaginativas del artista eran la muetre del científico. Y la lógica de la ciencia parecía significar la perdición a todos los posibles vuelos de la imaginación artística.” El continúa explorando las ventajas que resultan de la síntesis de la ciencia y el arte.
Una aproximación científica es caracterizada generalmente por las palabras lógica, sistemática, impersonal, calma, racional, mientras que la aproximación artística se caracteriza por la palabras estética, creativa, humanitaria, ansiosa, irracional. Me parece que esta aparente contradicción de aproximaciones tiene gran valor con respecto a la programación de los computadores.
Emma Lehmer escribió en 1956 que había encontrado que la programación era “una ciencia exacta junto con un arte intrigante.” H.S.M. Coxeter recordaba en 1957 que a veces se sentía “más como un artista que como un científico”. Estos eran los tiempos en que .P. Snow empezó a vocear su alarma sobre la creciente polarización de “las dos culturas” entre la gente educada. El apuntó que necesitamos combinar los valores científicos y artistico y queremos hacer progresos reales.