Hacer lo Correcto o Atreverse
El discurso de despedida de mi hermano a sus alumnos nos recuerda la importancia de arriesgarnos.
Es un discurso que nos invita a reflexionar sobre la diferencia entre hacer lo correcto y lo que está bien. Un desafío a la ética de muchas personas, es lo que leo en estas palabras. En el nucleo del discurso, Ricardo nos recuerda esta anécdota sobre el general Grouchy y Napoleón:
Cuando Napoleón logró escapar de la isla de Elba, en el año 1815, de inmediato fue recibiendo el apoyo popular, lo que le permitió conformar un gran ejército que pronto asustó al pusilánime monarca Luis XVIII, el cual huyó de Paris dejando vía libre al ejército del emperador Bonaparte. Su ejército fue creciendo más y más y pronto se convirtió en una amenaza para las diversas monarquías europeas. De inmediato los otros países, agrupados en el Congreso de Viena, declararon ilegal al gobierno de Napoleón y enviaron ejércitos a detenerlo. La táctica del emperador era clara, debía asestar un golpe eficaz y preciso al ejército de Prusia y luego camino a Bélgica al ejército de Inglaterra. Pero debía hacerlo en forma clara y directa, sin que se uniesen pues sus fuerzas lo superarían y no podría vencerles. Dicho y hecho, Napoleón atacó con fiereza a los prusianos y logró que se retiraran. Ahora debía ir en contra de los ingleses, pero necesitaba asegurarse que los prusianos no volviesen y lo atacasen por la retaguardia. Napoleón miró a sus generales, ¿a quién le encargaría la misión de terminar con los prusianos y así asegurar su triunfo sobre Europa?
Cuando recorrió la vista Napoleón se encontró con la figura de Emmanuel de Grouchy, un buen hombre, un general correcto. Grouchy es un hombre de mediana inteligencia, valiente y correcto, durante veinte años ha hecho su campaña en Holanda, Rusia, Italia, incluso en batallas gloriosa s en Egipto. Ha sido siempre un buen caudillo, obediente, respetuoso, no un gran guerrero pero si un buen caudillo. Era un hombre correcto que ahora la historia estaba llamando para hacerlo grandioso. No había ningún otro y solo Grouchy haría tal misión. Las órdenes eran claras: perseguir a los prusianos e impedir su reagrupación.
Grouchy partió fiel a su cometido. Mientras Napoleón iba al encuentro de los ingleses en el campo de Waterloo. Como bien lo dice la historia, los ingleses se había fortificado en un monte y sus fuerzas eran parejas con las de los franceses. Ninguno ganaría esa batalla, que empezó a durar más de lo debido. Napoleón sabía que esto era así y pensó en su interior, “mi única solución es que Grouchy me desobedezca y regrese con sus refuerzos”.
Grouchy se encontraba a menos de tres horas del ejército del emperador. Seguía en persecución delos prusianos pero les había perdido el rastro. Los cañones de Waterloo sonaban a lo lejos. Sus capitanes se le acercaron: “señor, volvamos con el emperador, él nos necesita”. Y en ese momento, en esa decisión de Grouchy se jugaba el destino de Europa.
Grouchy actúo como la persona que siempre eligió ser: un tipo correcto. Y decidió obedecer las órdenes que tenía. No fue en auxilio de su mentor.
Y lo que ocurrió todos lo sabemos. Napoleón luchaba contra los ingleses, cuando a lo lejos por su flanco derecho aparecía un ejército. Él creyó que era Grouchy. Pero no, los prusianos habían logrado reagruparse y evadir a sus perseguidores y ahora arremetían contra su ejército. El desastre fue total y Napoleón tuvo que huir sabiendo que el destino de Europa había estado en sus manos y que en un momento de indecisión se había perdido.
Me hago eco de mi hermano cuando dice:
Amigos, lo he dicho toda esta noche y lo vuelvo a repetir a propósito de esta historia. No tiene ningún mérito ser correcto y ser bueno cuando todas las cosas se te dan para que así sea. La gracia es ser bueno cuando toda la vida está en juego y cuando puedes perder tu tranquilidad y tu propia conveniencia. Es en esas ocasiones cuando uno descubre si nació para estar en la historia como Napoleón o si nació para ser olvidado como Grouchy.
¿Cuantos Grouchy tenemos ocupando puestos importantes en nuestro país?, preocupados de hacer lo correcto, pero poco preocupados de innovar, de correr riesgos, e incapaces de cambiar el rumbo, orgullosos, de pocas luces, y que no escuchan a sus subalternos cuando les revelan que se están tomando decisiones equivocadas.