Por qué no me gusta ser víctima
A riesgo de meterme en otro tete, tengo que decir que me molesta este movimiento de las victimas de la delincuencia.
Hoy en la mañana escuché en las noticias que Gonzalo Fuenzalida, estaba en el Parque Arauco cuando se produjo el asalto a la joyería Barros, y que ante el miedo decidió dejar de comprar y volver a su casa.
Resulta que yo también estaba entrando al Parque Arauco a esa hora, y justo frente a la mencionada joyería. Vi a los carabineros corriendo a 50 centimetros mío, persiguiendo a los ladrones, incluso me parece haber visto al valiente carabinero que frustró el asalto, todo muy cinematográfico, pensé en sacar fotos con mi teléfono, pero lo consideré mejor, y no lo hice, me pareció morboso. Y ¿saben qué? después del susto, seguí comprando.
Cuando la gente empieza a portarse como ratones, empiezan a aparecer los cobardes que piensan que la solución es armarse, para combatir la delincuencia.
Es cierto que el gobierno tiene tareas pendientes, pero no creemos una sensación de miedo, porque la delincuencia nos toca cerca. Yo he sufrido asaltos, los visitantes habituales de este blog han leido de lo que le pasó al curso de mi hija, y no tengo miedo, porque no lo tengo, y porque no debo transmitirlo a mi familia.
Si Gonzalo Fuenzalida quiere ser un lider, que deje de tener miedo, el miedo es un paralizante.
Las cifras que se muestran en el sitio de este movimiento, carecen de explicación, y contexto. Vemos gráficos, e indicadores, que no tienen ningún sentido, salvo que dan la sensación de que estamos mal, pero si uno las mira, no explican nada. Todo es miedo surgido del anumerismo, y del natural desconocimiento de la estadística y los proceso estocásticos, algo entendible, si consideramos que el lider de este movimiento es un abogado, que de numeros parece que no entiende mucho.
P.S. Los asaltantes del curso de mi hija fueron arrestados, y sufrirían condenas entre 10 y 15 años, el fiscal fue bastante eficaz en este caso, si fuera tan anumérico como la gente del movimiento de víctimas de la violencia, podía decir que no entiendo porque se quejan, si la “justicia funciona”. Afortunadamente mi profe de estadísticas era bastante bueno.